PSOE+NEOLIBERALISMO=CAOS
X+Y+2Z=9
3X-2Y+7Z=20
2X+7Y+3Z=27
Respuesta: 0X+0Y+0Z=2 ó 0=2
Decía Kafka que un escritor que no escribe es un absurdo que
tienta la locura.
SE TRATA DE
NARRAR ¿POR QUÉ EL HOMBRE ESTÁ OBLIGADO A NARRARSE CONTINUAMENTE?, SE ME HA
ESCAPADO Y QUIZÁ AHÍ ESTÉ LA CLAVE, NO NARRA, SE NARRA, AL FONDO SIN DUDA ESTÁ
LA CONSCIENCIA DE SER, LA CONSCIENCIA DE LA MATERIA: SER MATERIA CONSCIENTE,
QUIZÁ EL PASO SIGUIENTE, EL FINAL, SEA UN UNIVERSO CONSCIENTE DE SU EXISTENCIA
¿O ACASO YA LO ES Y FORMAMOS PARTE, UNA PEQUEÑISIMA PARTE DE ESA GRAN MATERIA
CONSCIENTE, UNA DE SUS BILLONES DE NEURONASQUE VAN TRANSMITIENDO SABIDURIA AL
PROPIO UNIVERSO.
¿POR QUÉ
NARRAMOS DESDE LAS CUEVAS EN QU VIVIÓ EL PRIMER HOMBRE? ¿POR QUÉ LOS NIÑOS
NARRAN CONTINUAMENTE Y PIDEN QUE LES NARREN Y SE QUEDAN EXTASIADOS, Y LEEMOS,
VEMOS CINE, HABLMOS: NOCCONTAMOS?
Cuando leemos las historias o vemos películas
de los últimos años del siglo veinte y primeros del veintiuno, no acabamos de
entender el problema del racismo: hemos llegado ya a un punto en el que no hay
razas puras, todos somos mestizos, es como si volviéramos al origen: las
primeras parejas, los hijos diseminados, las mezclas sanguíneas… la extensión
por el mundo y al final la mezcla..., No sé qué quiero decir, pero hay algo… (La
soledad del Capitán Nemo).
He terminado de construir una puerta que no
abre nada, que no va a ningún espacio concreto. Deseo que los viajeros que no
saben a dónde van tengan un medio a través del que se consuelen que se
consuelen. Porque pasar una puerta puede ser el fin de un viaje o el comienzo
de otro. Hay que poner siempre puertas al campo. Una puerta no es una barrera,
es una apertura a otra situación.
Nos rompieron la luna.
Julio Amargo tenía peor vino que su apellido.
La mano muy larga pronta a salir del bolsillo.
Se sentía liviano. Atrás había dejado todos
sus escritos, sus novelas, sus relatos, sus poemas, sus ensayos, sus proyectos…,
todos inacabados o a falta de una última revisión, incluso lo publicado. Todo
lo había dejado en el lugar en el que se encontraba en su antigua casa. No se
trajo ni el ordenador, ni el teléfono móvil. Ni siquiera unos de aquellos
cuadernos que le gustaba comprar y en los que acababa comenzando una historia
que nunca terminaría, ni una de aquellas plumas Mont Blanc que tanto apreciaba,
ni uno de esos portaminas de coleccionista o bolígrafo de diseño. Y sin nada,
en la habitación de un hotel de una ciudad del norte de Europa, con una maleta
en la que había cuatro calzoncillos, cuatro pares de calcetines, cuatro
camisas, tres pantalones, una cazadora de tela azul oscuro, una americana negra
y un abrigo largo negro, junto a dos pares de zapatos marrón unos, negro los
otros. Y se sentía aliviado como hacía mucho tiempo, si es que no era la
primera vez que se sentía tan ligero y tan libre. No tenía nada que hacer, ni
obligaciones externas ni internas, ni para con otros ni para consigo mismo.
Miró por la ventana que daba a una gran avenida y vio como la nieve comenzaba
ya a ocultar el asfalto mientras unos niños corrían unos detrás de otros
lanzándose bolas de nieve.
¿De qué fui consciente antes de nacer, quizá
unos segundos antes, para estirarme y hacer pie en algún lugar y qué me produjo
miedo para protegerme con las manos? ¿Acaso sólo por ver un agujero estrecho? ¿O
sentí miedo a perder la estabilidad o a la soledad o al vacío o como ahora a la
desaparición, a la pérdida de la consciencia? ¿O fui consciente de ser antes de
ser? Quizá sea cierto que nada merece la pena que la vida ¿quién lo dijo? No es
más que un paréntesis entre dos nadas ¿Quizá habría que decir entre la nada? Es
razonable que mi deporte no fuera de manos sino de pies, que mi profesión tenga
que ver con los brazos, dibujar, escribir…
Vivir a pesar del medio (Blade Runner)
Suburbios, oscuridad, lluvia… inventar mundos. “He visto puestas de soles en
otros universos… todo lo que he vivido, los libros que leí, los sentimientos que
tuve, los amores que gocé… ¿Dónde irá todo…?”
Pelear, hacer trampas, nada importa, en cien
años todo olvido… todo vale, incluso el asesinato…todo se acaba, el dinero
cambia de manos.
Blade Runner, la rebelión contra el creador,
contra Dios, mata a Dios (leer a Nietzsche) por
haberle hecho mortal. Cómo se aferran a la vida, a lo material, al goce de la
vista, de los sentidos… ¿el espíritu tiene sentido sin el cuerpo? “El miedo es
la esclavitud”. “Lástima que ella tenga que morir ¿Pero quién vive?
Calles de agua.
Los sabios de la unión deciden preparar la
huida del planeta ante la negra perspectiva del planeta: descontrol del clima,
aumento de terremotos y demás catástrofes, hundimiento de la economía,
superpoblación… Y buscan un planeta habitable.
Desde un avión 158 pasajeros ven como el agua
que parece manar a borbotones infinitos inunda la tierra. La catástrofe dura
unas horas que el piloto utiliza en seguir volando apurando el combustible.
Solamente ha encontrado una isla en lo que antes eran los Alpes (ver que tipo
de vegetación y vida existe)
Estoy en una llanura, es de noche pero una
luz azul lo ilumina todo. Silencio. De repente un tren. Ruido y luz. Emoción e inquietud. De
nuevo el silencio. Miedo y tranquilidad.
Los hombres de Harrelson no existen o son
unos cagones
Hay libros que no pueden estar juntos,
pensaba Juan mientras vaciaba cajas de libros para colocarlos en la biblioteca
de su nueva casa.
Engordar, en un año cuatro kilos, mentir,
ocultarse como en la adolescencia para fumar y disfrutar de la mala conciencia.
Retomar la animalidad, dejarse de monsergas. Traspasado con creces el ecuador
de la vida, sólo queda trasgredir lo que hasta ahora habíamos venerado: ser un
burgués sin mala conciencia, egoísta, vividor… ¿Acaso no lo he sido? La diferencia
es la mala conciencia de la que, hoy, no estoy seguro de si nos salva o nos
asesina.
Y escribir, al menos unos minutos todos los
días, caminar media hora y otra media de bicicleta, al menos una hora de
lectura y qué menos de media hora de escritura… un par de whiskies, un par de cigarrillos…
y seré perfecto.
“Mientras en la
tierra se debatían la refundación del capitalismo y cómo afrontar la crisis, en
Argón, las naves preparaban sus últimos preparativos para salir a la ruta T-l,
que trataría de averiguar la posibilidad de vida en un planeta azul con un
asteroide que gira a su alrededor y pertenecientes a la estrella roja llamada
Sm”
Cuando volvamos
a vernos te diré que sigo acurrucado entre tus pechos, que como un niño te
llamo por las noches y como un hombre lloro al pensarte desvalida o abandonada.
“La niña recogió
rápidamente los cacharros del fregadero, se fue a su cuarto que compartía con
sus dos hermanas y comenzó a vestirse, eran las tres y media de la tarde y la
tía Lola había quedado en venir a buscarla a las cuatro para irse a bañar al
río. Se puso una falda blanca y una camiseta con una niña con trenzas pintada
en su frente, se colocó un lacito azul en el pelo moreno, sacó el bañador del
armario y buscó el flotador en la despensa, encima del armario al que tuvo que
acceder gracias a una silla y las manos de una de sus hermanas sujetándola. Y
salió al balcón a las tres y cincuenta minutos, se apoyó en la barandilla
mirando a unos niños que se perseguían sin que ella supiera si estaban jugando a
la tula o se estaban persiguiendo para pegarse. En su cabeza sólo estaba el
río, el olor del agua en el verano, la sensación de frescor en los pies al
entrar a la orilla de la playa vigilada por unos empleados del ayuntamiento.
Pensaba en lo bonito que le quedaba el bañador que ya se había probado por la
mañana, lo bien que luciría su piel tostada si la tía se decidí a llevarla más
días a bañarse. Tenía que portarse muy bien, tenía que hacer méritos para que
la volvieran a llevar. Eran las cuatro y dos minutos. La voz de su madre desde
el sillón del comedor atravesando la puerta del balcón abierta, vino a echarle
un chorro de agua fría, no van a venir a buscarte, no sé que haces en el
balcón, ella se tragó las lágrimas que se le dispararon al oír las palabras de
la madre y chilló, sí, me prometió la tía que vendría a llevarme, bueno, dijo
la madre, ya veremos. En la calle los niños habían dejado de perseguirse y se
habían sentado en el bordillo bajo la sombra de uno del castaños de indias del
paseo. Su pequeña cabeza no sabía donde quedarse, no sabía en qué pensamiento
podía refugiarse para que el tiempo fuera más deprisa y para no pensar que no
vendrían. Cada persona que daba la vuelta a la esquina era un sobresalto para
la niña. Cuando volvió a mirar el reloj, sabía que había pasado mucho tiempo y
no se atrevía a hacerlo, eran las cuatro y cuarenta y cuatro minutos. En su
interior sabía que ya no vendrían a buscarla, pero su alma no podía soportar el
abandono, no podía soportar el engaño, necesitaba seguir creyendo… y continuó
esperando.
A las ocho de la
tarde la llamaron para que entrara a poner la mesa, se iba a hacer merienda
cena para salir luego a dar un paseo, a ver si en la calle corre un poco de
aire, dijo la madre, este calor no hay quien lo resista ¿ves?, ya te dije que
no iban a venir, le repitió la madre. La niña entró a su cuarto y dejó el
bañador y el flotador sobre la cama. No voy a llorar, se dijo, seguro que mamá
le dijo a la tía que no viniera que no me dejaba ir, le dijo a su hermana mayor
que la miró levantando los ojos del cuaderno de los deberes. Seguro, repitió.